Sé cómo te sientes, hay momentos que no puedes más, que necesitas parar, dedicarte tiempo y no sabes cómo. Las obligaciones, el ritmo de vida y el ambiente laboral te quita la energía. Te sientes vacía, desconectada contigo misma, perdida. Te levantas y te acuestas con el mismo pensamiento o preocupación y no sabes que hacer para calmar esa sensación.
A veces lo único que necesitas es una PAUSA, bueno cuando digo esto es una forma de hablar, porque incluso esa «pausa» es una acción. Me refiero a encontrar un espacio seguro donde poder vaciarte de esos miedos, pensamientos repetitivos, para llenarte de nuevo. La vida es eso, momentos agradables y otros no tanto. La cuestión es cómo te desenvuelves ante ella. ¿Escuchas a tu cuerpo?, ¿tu mente?, ¿tu alma?.
Por eso este post es para hablarte de esto mismo. La capacidad que tiene nuestro cuerpo para vivir esta existencia es maravillosa, solo hay que descubrirla y darle el tiempo y la dedicación que se merece. ¿ No crees?
Cuidarse no significa hacerlo todo a rajatabla y ser perfecto en el proceso, no significa ser SANÍSIMO al extremo, o MEGA DISCIPLINADO Y SUPER ZEN. Se trata de cómo lo vives tú, cómo experimentas lo que te sucede y cómo afecta en tu día a día. Tranquila, nadie nos ha enseñado a gestionar todo esto que nos sucede a la mayoría de seres humanos.
A día de hoy sigo aprendiendo técnicas nuevas para ayudar a todas estas cosas a mis clientes y a mí misma, pero eso no significa que deje de sentir dolor, malestar, frustración o miedo, amiga mía, eso forma parte de la vida, de la mía y de la tuya y no tengo ésa varita mágica para solucionarlo. Porque la verdad es que a todos los terapeutas, psicólogos, coach, médicos, etc… pasan por estas fases, incluso yo por supuesto. Da igual que filosofía de vida lleves, que profesión tengas, si te consideras espiritual o no o que te leas 1000 libros de mindfullnes o de meditación. Esto último más bien es practicar y practicar. La realidad es que en mayor o menor medida vamos a pasar por estos momentos de conflicto, la cuestión es apreciar el por qué y el origen de este conflicto. Para ello quiero ofrecerte unas preguntas que puedes hacerte a ti mismo cuando te encuentres en una situación de estas en las que parece que te va a cortocircuitar el cerebro.
Lo primero de todo, podrías practicar el ejercicio del escaneo del cuerpo que te detallo en el post anterior. Para equilibrar un poco el estado en el que te encuentras antes de.
Lo segundo, coge boli y papel o una grabadora para registrar tus respuestas.
Lo tercero, empezar. Escribe o lee en voz alta lo siguiente: